Por: Yelka Damiana Leyva Rodríguez
RESPONSABLE DEL MOVIMIENTO JUVENIL DEL MFC EN AREQUIPA
Estimados Amigos, como no empezar diciendo que la FAMILIA, siempre ha sido y será la base del bienestar integral de sus miembros. Permite a través de sus pautas la AUTORREALIZACIÓN COMO SERES HUMANOS, por lo tanto garantiza el equilibrio y el desarrollo de la sociedad en general, cuando cuida y forma personas responsables y comprometidos consigo mismos y con la comunidad.
Doy gracias a Dios por darme la oportunidad de compartir con todos ustedes la experiencia del encuentro de padre e hijos en el colegio CONSUELITO, de nuestros hermanos Gelver López y Ruth de López del equipo “Amor y Verdad”, que están comprometidos con la educación y el ideario del MFC.
Para fortalecer el trabajo espiritual que exigía la etapa previa a recibir el sacramento de la Primera comunión que santificaba el espíritu de los alumnos consuelinos. Los Presidentes Eduardo y Marta Valderrama, acompañaron en los primeros momentos y compartieron con los papás la melodía “Me enamoré de Jesús” y el Tema “El lugar que ocupan nuestros hijos en la familia” y Cecilia Fernández fue responsable del trabajo con los niños. Les comparto tres momentos importantes que marcaron la vida de las diferentes familias durante dicho encuentro del día 27 de octubre.
1. La oración inicial tuvo el signo de las huellas, que significa como las personas nos van acompañando cada día para ser mejores personas y en ese caminar muchas nos acercan al corazón del mismo Dios. La familia es una comunión de amor cada día y estos encuentros la fortalecen y unen.
2. El lavado de Manos donde cada niño lavó las manos de sus padres pidiendo perdón por las faltas cometidas y los padres expresan el inmenso amor que tenían por cada uno de sus hijos, fue muy emotivo verlos también a ellos pedirles perdón por las veces que les fallaron como padre o no supieron comprenderlos; Pocas ocasiones se dan en nuestro peregrinar para manifestar el amor mutuo entre padre e hijos.
3. Las cartas entre padres e hijos, donde los niños y los padres se escribieron por primera vez una carta llena de amor y sentimientos donde mostraban su vivencia diaria abriendo sus corazones y expresar su agradecimiento y amor mutuo; esta experiencia fue muy linda cuando se escuchaba a los padres leer las carta y ver como sus padres son testimonio para cada uno de sus hijos con sus aciertos y desaciertos. Al leerse las cartas hemos visto correr lágrimas en los rostros de los papás, llanto sereno que renuevan los sentimientos de amor por sus hijos. Ese día padres e hijos, compartieron juegos de integración familiar.
La jornada finalizó con un abrazo intenso lleno de regocijo espiritual entre todos los participantes y pidiendo a nuestra Madre la Virgencita de la Familia que cubra sus necesidades materiales y espirituales. Queridos amigos los invito a elevar una oración por cada una de las familias que se dieron la oportunidad de encontrarse con nuestro buen Dios: Barreda Núñez, Chávez Tamayo, Gutiérrez Ninaja, Benique Moscoso, Huamanì Quicaño, Huamanì Toribio, Chávez Huaycho, Quispe Tejada, Cisneros Ponce, Esquivel Pino. Que al ejemplo de la familia de Nazareth alcancen su santidad a cada uno de ellos según la voluntad de nuestro buen Dios.
Gracias a cada persona que aporto e hizo posible este bello encuentro entre padre e Hijos.
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